No faltan las noticias preocupantes en los aviones. Esta vez la noticia es que una azafata le ha tenido que dar dos botellazos a un pasajero. Pero no se trata de ninguna mala acción como las últimas noticias que hemos recibido sobre el mal trato dado a algunos pasajeros en determinadas compañías aéreas. En este caso se podría decir que la azafata se ha convertido en una especie de “heroína a bordo”.
La causa que motivó esta acción drástica fue el estado de aparente embriaguez en el que se encontraba dicho pasajero. En tal situación su empeño era abrir la puerta del avión, lo que hubiera resultado en una auténtica catástrofe para todos.
Los hechos ocurrieron en un vuelo de la compañía Delta Airlines con destino a Pekin, que había despegado aproximadamente una hora antes de Seattle. El vuelo llevaba 11 tripulantes a bordo y 210 pasajeros, uno de los cuales era Joseph Daniel Hudek, de 23 años de edad. Al salir del aseo, se dirigió hacia una de las puertas del avión con la intención de abrirla. De inmediato, dos miembros de la tripulación intentaron detenerle con grandes esfuerzos, debido al estado de excitación del individuo.
Se produjo un forcejeo en el que no faltaron los puñetazos y empujones. Como no había manera de controlarle, los tripulantes reclamaron la ayuda de los pasajeros. La situación terminó cuando una de las azafatas golpeó a Hudek con dos botellas de vino mientras que varios miembros del pasaje le reducían y ataban. El individuo, hijo de una empleada de Delta Airlines, no perdió la consciencia y gritaba a la azafata “¿es que no sabes quién soy?»
Mientras tanto, el piloto dirigió el rumbo de nuevo a Seattle donde aterrizó y la policía se pudo hacer cargo de Hudek, quien continuó con un comportamiento violento y no paraba de proferir improperios.
Según el FBI, al embarcar, Hudek no dio muestras de estar bajo los efectos de drogas o alcohol. Al parecer, únicamente se había tomado una cerveza antes de despegar.
Al día siguiente Hudek pasó por una vista judicial preliminar. Se le acusa de un delito federal y se enfrenta a una pena que podría llegar a los 20 años de prisión y una multa de 250.000 dólares. Por otro lado, una de las azafatas tuvo que se hospitalizada con heridas y cortes en la cara, aunque las lesiones no son de gravedad.
Dada la importancia de la integridad del elevado número de pasajeros que transportan los aviones, quizás habría que buscar nuevas medidas de seguridad para neutralizar posibles ataques de esta índole.
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