El aeropuerto Princesa Juliana en el Caribe es uno de los más peligrosos del mundo y no por sus pistas o mala planificación, sino porque justo en sus límites se encuentra una playa pública que normalmente está repleta de gente. Esta playa se ha hecho famosa por ser un lugar «privilegiado» desde el que ver operar aviones a tan solo 25 metros de distancia. Una experiencia que resulta muy peligrosa.
El pasado miércoles, una turista neozelandesa de 57 años se amarró a una de las vallas del aeropuerto, junto a otras personas, para experimentar la ráfaga de aire de las turbinas de los aviones. Sin embargo, la turista salió despedida por la fuerza de uno de los aviones y sufrió graves heridas al caer sobre la cabeza. Horas más tarde fallecía en un hospital cercano. Las autoridades de la isla caribeña de San Martín advierten de que la playa es peligrosa. Aún así, tras el accidente mortal, sigue habiendo un gran flujo de turistas visitando la playa y aferrándose a las vallas del aeropuerto para experimentar la misma sensación.
La policía del lugar ha añadido que «es extremadamente peligroso acercarse hasta este aeropuerto«. El director del aeropuerto, Rolando Brison, fue el encargado de llamar a los familiares de la víctima para comunicarles la noticia.
Por el momento, la playa seguirá abierta al público.
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