La superficie congelada de la Antártida encierra uno de los grandes misterios de la vida. Han sido muchas los aventureros que han explorado la Antártida, llamados por la curiosidad de descubrir alguno de los muchos enigmas que entraña este continente helado.
Desde la posibilidad de que, hace miles de años, hubiera existido allí una civilización que dejó algunos restos, hasta las habladurías sobre la existencia hoy en día de seres extraterrestres -y no muy amables- que hacen vida en este recóndito lugar.
Hace unos quinientos años, el almirante Piri Reis dibujó un mapa de la Antártida sin hielo y lo completó con algunas anotaciones sobre asentamientos y poblaciones. Esto dio lugar a diversas expediciones siguiendo los datos del almirante turco.
En una de estas expediciones que se llevaron a cabo encontraron restos de una estructura con forma de castillo y unas escaleras que bajo el hielo acababan en lo más profundo del lugar. La inusual piedra utilizada era de idéntico material al que se utilizó en las cabezas de la Isla de Pascua, roca volcánica que los nativos de la isla extraían del cráter del volcán Puna Pau.
Hay que señalar que en la Antártida se encuentra el Monte Erebus, un volcán activo que desafía al hielo con su lava caliente. En ocasiones la humareda del volcán se enfría y el vapor de agua congelado forma grandes torres de hielo que pueden alcanzar más de diez metros de altura.
El hecho de la ausencia del hielo en el mapa de Reis da la posibilidad de que, hace millones de años, la raza humana hubiera habitado en el continente, ya que también son millones de años los que el hielo permanece en el lugar.
Lo que parece cierto es que tanto el gobierno ruso como el americano han abortado algunas expediciones por este gélido lugar.
¿Ciencia ficción o realidad?
Nadie que se sepa tiene la respuesta a tanto misterio en esta parte de la tierra.
En la prehistoria el continente antártico era de un clima más cálido, con verde tropical y una activa vida salvaje. Posteriormente se separaron de la Antártida las masas terrestres de Sudamérica y Australia y ello provocó que las corrientes cálidas se desviaran hacia el norte, alejándose de las costas antárticas. Como consecuencia se formó una capa de hielo polar que encerró los bosques plagados de árboles y, quién sabe, si también encerró una parte de la historia que, aún con los avances del siglo XXI, no se ha podido descubrir.
Este continente del polo sur fue la última zona de la tierra que se descubrió y también la última en ser habitada, al menos que se sepa y se haya podido demostrar.
Actualmente en la Antártida hay en torno a sesenta centros de investigación que pertenecen a varios países y donde trabajan unos 4.000 científicos.
Todo el funcionamiento y utilización del territorio está regulado por el Tratado Antártico de 1959, con el compromiso de mantener un uso no beligerante, que no haya reclamaciones del territorio, conservar los recursos y cooperar en la investigación científica.
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