Se trata de Dunton Hot Springs, un complejo pensado en aventureros y amantes de la naturaleza. Te contamos cómo este antiguo pueblo fantasma se convirtió en un hotel de lujo.
Todo comenzó en Colorado, Estados Unidos. Este lugar era un pequeño asentamiento de minerales valiosos como el oro y la plata. Fue muy popular en el país en el año 1800, justo cuando Thomas Jefferson estaba próximo a ser investido presidente.
Entonces, muchos mineros fueron al lugar y construyeron un poblado, compuesto por cabañas que estaba rodeado por el río West Dolores. Se cree que en su mejores tiempos, vivieron unas 400 personas en el lugar. Cuando los mineros que habitaban Dunton comenzaron a tener problemas para transportar sus mercancías, reconocieron su aislamiento y decidieron abandonar el poblado.
En este sentido, la mayoría se fue en 1910, y ya en 1918, estaba desierto. Se había convertido en un pueblo fantasma.
El rancho abandonado de Dunton
El rancho tenía especial atractivo, no sólo por su arquitectura sino también por la ubicación geológica. Y no es de extrañar, ya que estaba rodeado de vistas envidiables y además, de aguas termales. Dichas aguas, por cierto, sirven en este momento de spa.
Dunton estuvo abandonado hasta 1970, cuando Joe y Dominica Rosario lo compraron para convertirlo en su rancho turístico. No fue hasta 1994 que se convirtió en el lujoso hotel que es hoy, gracias a Christoph Henkel, un multimillonario empresario alemán.
De pueblo fantasma a rancho de lujo
Dunton tiene 13 cabañas de madera con la capacidad de hospedar a 44 personas. Cada cabaña está nombrada en honor a algún minero del poblado de antaño.
Pasar una noche en una de las habitaciones con diseño único puede llegar a costar 630 dólares en el caso de la Echo Cabin. Por otro lado, alojarse durante la temporada de primavera-verano en la Potter House, costará unos 2100 dólares. Ésta última tiene capacidad para 10 personas y está situada al lado de un pequeño lago.
En caso de que prefieras vivir una experiencia inmersionista, te recomendamos la Dunton Store. Esta cabaña tiene una tienda de campaña al estilo del viejo oeste, y también, una piscina privada.
Eso sí, todas las cabañas tienen vistas maravillosas a la montañas de Telluride en Colorado.
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