Si me sigues en las redes sociales (@PaulLenk), sabrás que por mis venas recorre el gen wanderlust. La mayor motivación para trabajar tan duro es poder desconectar de vez en cuando, ya sea con un viaje rápido, durante un fin de semana largo o, si dispones de días extra, una aventura más duradera. Para muchos, la idea de viajar en este 2020 y lo que llevamos de 2021 es prácticamente impensable, pero en cada reto hay una nueva oportunidad. Debemos seguir disfrutando de las «pequeñas cosas de la vida» que nos aportan felicidad, mientras dedicamos tiempo en pensar cómo lograr nuestros objetivos más ambiciosos (a nivel personal y profesional).
No hay nada que aporte más inestabilidad que tu rutina sea alterada por un hecho histórico como el que estamos viviendo. Desde pequeños aprendemos a seguir una serie de rutinas que guían nuestros pasos desde el amanecer hasta el anochecer, con muy poco margen para salir esta linealidad temporal. Y cuando se rompe esta burbuja que conocemos como «nuestra normalidad«, resulta complejo conseguir centrarse o disfrutar del momento, y más aún cuando estamos rodeados de una incertidumbre total.
Teniendo en cuenta estos preceptos, desde marzo del año pasado he practicado una nueva rutina que sigue incluyendo grandes dosis de esfuerzos laborales, pero dejando espacio para la planificación futura y para los momentos de desconexión. Ahora, más que nunca, es fácil vivir el presente y puede resultar más complicado hacer planes de futuro, pero es precisamente eso lo que la mente necesita. La dopamina es la hormona que provoca la felicidad y para obtener nuestras buenas dosis de esta hormona lo que necesitamos es vivir un presente con el mejor optimismo posible y no dejar de planear el futuro, por muy incierto que parezca.
En mi caso, empezar el día temprano me aporta una energía extra que es difícil de describir. En el mundo del yoga y de la meditación se dice que nuestros cuerpos están hechos para despertarse con el sol y reposar cuando sale la luna. Además de esto, despertarse temprano, entre las 6AM y las 7.30AM, ayuda a comenzar el día con mayores dosis de paz y tranquilidad (cuanto más pronto mejor, puesto que «el resto del mundo» todavía duerme y hay menos ruido y, probablemente, menos actividad en tu email). Tras despertar, reviso rápidamente mis emails y redes sociales para comprobar si hay algún asunto urgente que requiera mi atención. Si no es así, prefiero desconectar brevemente para disfrutar del desayuno, mi café recién hecho y revisar las noticias del día. Punto extra si consigues vivir una vida sin cafeína. De vez en cuando, también hago yoga al inicio del día, lo cual ayuda a organizar mis ideas y ayuda con mi predisposición mental hacia mis objetivos.
Trabajar en múltiples proyectos diferentes puede resultar algo ventajoso, ya que distribuirás tu día en una variedad de tareas y la jornada transcurrirá de manera más rápida. Sin embargo, también puede resultar estresante, ya que tener muchas tareas pendientes repartidas en varios proyectos es abrumador para la mente. Por eso, tu mejor aliado van a ser las listas de tareas. En mi caso tengo una lista en el teléfono, que voy actualizando durante mi jornada según avanzo. Consejo: no borres de tu lista las tareas que hayas completado, ya que al finalizar la jornada viene bien revisar todo lo que has hecho para evitar la típica frustración y el sentimiento de «hoy no he avanzado nada». Viene bien una reflexión de objetivos por la mañana, al despertarse, y otra por la tarde, para ver todo lo que has conseguido adelantar durante el día.
Por la mañana, esta tarea de reflexión la realizo en mi patio con mi ordenador, mi taza de café y la pequeña @Xena corriendo de un lado para otro. Si tienes un espacio al aire libre, es aconsejable pasar un tiempo fuera de las cuatro paredes que nos rodean habitualmente.
Si puedes, tómate un descanso por el mediodía para hacer comida casera (mens sana in corpore sano). Al igual que mis dosis de cafeína no pueden faltar por la mañana, por la noche me gusta relajarme en mi patio con un buen libro.
Durante la jornada, oblígate a dar paseos, incluso si son rápidos. Tener un acompañante de cuatro patas ayuda mucho a salir. Es fácil quedarse atrapado en la silla cuando por fin consigues centrar la atención en tus objetivos. No te sientas culpable tampoco al tomar pausas para hacer ejercicio físico. Lo que más pide nuestros cuerpos ahora mismo es movimiento.
Mi último consejo es aprender a desconectar, y en este ámbito he de confesar que todavía tengo mucho que mejorar a nivel personal. Pero si tu jornada laboral empieza a las 7AM o a las 8AM, y te tomas alguna pausa durante el día, convéncete de que a las 5PM – 6PM es buena hora para desconectar del trabajo, reflexionar sobre tu día, lo que has avanzado y cómo puedes doblar tus esfuerzos para el día siguiente.
Éste es mi momento favorito del día, en el que reflexiono acerca de todo lo que he adelantado y pienso en cómo puedo compensar mi dedicación. Planea cómo puedes hacer una escapada cerca de donde vives y si es a la naturaleza, mucho mejor. Lleva tu propia comida, alquila una casa y pasa unos días fuera de tu zona de confort. Ahora es el momento ideal para visitar ese lugar que está cerca de ti y que tenías pendiente desde hacía tiempo. No hace falta alejarse mucho.
¡Espero que estos consejos te ayuden a enfrentarte a tu día a día con mayor claridad y optimismo!
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