En un futuro no muy lejano, se podrá volar desde Madrid, o cualquier otra capital Europea, hasta Australia en tan solo tres horas. Esto será posible gracias al avión supersónico.
La aviación supersónica volverá de nuevo a los cielos, después de la desaparición del Concorde hace 14 años. Nuevos retos se plantean para los fabricantes de las aeronaves, ya que tendrán que superar las limitaciones que tenía este tipo de aviación, como una gran emisión de gases de efecto invernadero, un excesivo gasto de combustibles o la posibilidad de aterrizar solamente en unos aeropuertos con condiciones concretas.
Con la ayuda de la NASA, varias compañías de Estados Unidos están planificando prototipos que superen las características del ya antiguo Concorde. Pero no es el único país implicado en la mejora la aeronáutica, sino que se ha puesto en marcha un proyecto en el que participan, además de EE.UU, Centros de Investigación Aeronáutica Europeos de Alemania, Italia y Holanda; Universidades de Suecia e Italia y la Universidad de La Coruña (España) con el grupo de Mecánica de Estructuras de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Todos los centros implicados trabajan bajo el liderazgo del Instituto Karman de Bruselas.
Los estudios para este proyecto comenzarán en el próximo mes marzo y se tiene previsto que finalicen treinta meses después. Posteriormente, la industria se pondría en marcha para comenzar con la fabricación de los aviones supersónicos. Probablemente, las nuevas aeronaves supersónicas comenzarán a volar en la segunda década de este siglo.
El objetivo del proyecto, según informa La Voz de Galicia, consiste en diseñar una aeronave de aviación comercial que transporte cien pasajeros a una velocidad de hasta ocho veces la velocidad del sonido, es decir, estas aeronaves recorrerán casi diez mil kilómetros por hora.
En la actualidad, el numeroso tráfico aéreo demanda la reducción del tiempo en los vuelos y probablemente dentro de poco nos parecerá muy anticuado el hecho de hacer transbordo y tener que utilizar dos o más vuelos para llegar a nuestro destino.
Finalmente, la desaparición del Concorde no ha quedado suficientemente esclarecida, pero al parecer dos fueron las causas que motivaron su extinción: una escasa rentabilidad y el accidente que protagonizó en el año 2000.
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