Esta semana el parlamento local de Hawái aprobó una ley que prohibirá la mayoría de las cremas solares para proteger los océanos. La medida no es directa contra el producto o las marcas que lo promueven, sino contra la oxibenzona y el octinoxate. Se ha demostrado que estos dos compuestos químicos habituales en las cremas solares son muy agresivos con el medio ambiente.
Para aprobar la medida aún falta la firma del gobernador, David Ige. No obstante, se espera que Hawái se convierta en el primer estado de los Estados Unidos en vetar la venta de las cremas de protección solar.
Las cremas solares son altamente perjudiciales
Unas 14 mil toneladas de residuos de cremas protectoras terminan alojadas en los arrecifes de coral. Pero esto no solo ocurre en la emblemática isla hawaiana, sino en todo el mundo.
Por lo tanto, la alerta es clara: Hawái, las Islas Vírgenes y la costa australiana podrían estar sucumbiendo al efecto de las cremas solares. La popularidad está siendo altamente perjudicial para estos destinos. ¿Por qué? La fama atrae a turistas que usan cremas protectoras y que, a su vez, acaban en el mar.
El turismo desenfrenado y el medio ambiente
Un estudio del Laboratorio Haereticus determinó que en una playa como Hanauma Baym, que además está protegida por ser un área de conservación de la vida marina, recibe unos 2600 visitantes diarios. En medida, esas personas estarían vertiendo unos 190 kilogramos de loción solar al mar. Por no hablar de la crema que llega a los océanos a través del desagüe de las duchas y otros.
Lo más preocupante es que para producir ese tipo de daños en la fauna marina, solo se necesita «el equivalente a una gota de agua en seis piscinas olímpicas», según recoge Xataka. No hay mucho más que decir: estamos hablando de un drama ecológico al que contribuyes, pero puedes dejar de hacerlo.
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