15 años atrás apareció un diminuto esqueleto en Atacama, Chile. Medía 13 centímetros, tenía una cabeza coniforme y ojos de serpiente. Todo parecía indicar que era una emulación de esas figuras extraterrestres que aparecen en las películas de Hollywood.
En aquél entonces muchos sintieron gran interés. ¿Era un bebé muerto, un primate de algún tipo, un ser de otro mundo? El misterio ha quedado resuelto, finalmente.
Se trata del esqueleto momificado de una niña y que probablemente murió al poco tiempo de nacer. La apariencia de los huesos de «Ata», como le han llamado los científicos investigadores, señalaba que habían envejecido rápidamente. Sus huesos tenían una estructura de un infante de entre 6 y 8 años.
“Lo sorprendente, que desde el principio nos hizo pensar que había algo extraño, fue la aparente madurez de los huesos”, dijo Garry Nolan, profesor de microbiología de la Universidad de Stanford en California.
Por ese motivo, el descubrimiento fue todo un misterio hasta ahora. ¿Era un niño con tamaño diminuto? ¿Cuál era la historia de la momia?
En un estudio publicado el jueves en la revista Genome Research, los teóricos dan todas las respuestas. Por un lado, los exámenes de ADN indican que el tamaño de sus huesos y otras anomalías son resultado de mutaciones genéticas.
También, redujeron su ascendencia a una mezcla de pueblos típicos que se asentaron en el remoto rincón de Chile donde fue encontrada. Allí, fue enterrada de forma cariñosa siguiendo, según creen, las tradiciones culturales.
Los genes sugieren que la ascendencia de «Ata» es en gran medida europea y, en menor medida, del este de Asia.
Mutaciones genéticas
Hace cuatro años, investigadores de la Universidad de Stanford y de la Universidad de California analizaron el genoma de «Ata«. Las mutaciones que encontraron están relacionadas al enanismo, la escoliosis y anomalías en los músculos y el esqueleto.
«Ata» solo tiene 10 pares de costillas, en vez de 11, una característica nunca antes vista en humanos. “Estaba tan mal formada que le hubiera sido imposible alimentarse. En su condición, habría terminado en la unidad de cuidados intensivos”. dijo Nolan.
Los científicos creen que laos huesos podrían tener unos 40 años.
«Ata» podría ayudar a otros
Incluso con tantas preguntas sin respuesta, los restos de una niña como Ata pueden ofrecer a los científicos algunas lecciones valiosas sobre genética, dijo el Dr. Atul Butte, quien lideró la secuenciación del ADN para el nuevo estudio.
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