La pequeña ciudad de Utqiagvik, en el estado de Alaska, ha tenido una visita inesperada en su aeropuerto. Una foca de 200 kg bloqueó la pista de aterrizaje durante unas horas, por lo que el aeropuerto se vio obligado a detener sus operaciones mientras que la simpática foca, con una barba de nieve incluida, tomaba el sol sin importarle nada.
En el aeropuerto de Utqiagvik están acostumbrados a que les visiten osos polares, pero ésta es la primera vez que una foca se tumba a sus anchas en la pista de operaciones.
Normalmente, los vuelos son cancelados para evitar poner en peligro la vida de los pasajeros y de los animales, según informan en la cadena local de noticias KTVA. Sin embargo, los pilotos están acostumbrados a lidiar con incidentes producidos por pájaros, pero nunca por focas.
El Departamento de Transporte no pudo hacerse cargo de la situación, ya que no era parte de su jurisdicción. Finalmente, fue el Departamento de Control de Animales el encargado de negociar con la foca para que se retirara de la pista de aterrizaje. Poco después, los vuelos volvían a operar con normalidad.
El aeropuerto de Utqiagvik se tomó el suceso con humor y en su página web puso un aviso de «low sealings» (seal es foca en inglés), cuando normalmente los avisos que se ponen de este tipo son de «low ceiling», es decir, de condiciones de «baja visibilidad».
Recuerda que, si viajas a Alaska, una foca puede producir retrasos en tu vuelo.
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