En los tiempos que corren, tener algo de influencia en las redes sociales está tomando demasiada importancia. Este es el caso de Lissette Calveiro, una joven de 26 años, cuyas aspiraciones de popularidad en Instagram, le generaron una deuda de 10.000 dólares.
Comprar el atuendo perfecto, tener el maquillaje adecuado y hacerse una fotografía en un lugar de ensueño; todo, para brillar en el mundo 2.0. Sí, de eso se trata, de mostrarte genial ante el público. Tener una vida envidiable: un trabajo genial, el desayuno adecuado, los zapatos de moda, y sobre todo, no hablar de los problemas.
Quedémonos con esa última frase, porque es lo que precisamente ha hecho Calveiro: contarle al mundo lo que cuesta ser «influencer». Su deuda asciende a los 10.000 dólares americanos; la acumuló adquiriendo ropa, billetes aéreos, pagando hospedajes y, sobre todo, tratando de ser alguien que no era.
¿Y todo esto para qué? Para mostrarle a la sociedad joven, de millenials en su mayoría, lo que significa vivir «bien». O más bien, para crear una imagen errada de lo que es la vida.
Lo cierto es que Calveiro descubrió que convertirse en una figura pública es todo menos sencillo. Por el contrario, lograr cenas gratuitas en restaurantes de moda, o ser la imagen de una marca reconocida, acarreó un costo demasiado elevado.
El precio de ser popular en Instagram
Según el New York Post, la joven asegura que alcanzar los 23.000 seguidores le costó más de lo que imaginó. «Estaba viviendo por encima de mis posibilidades. Una mentira», ha dicho.
Además, la joven ha manifestado que, «a pesar de que estaba endeudada, aún se permitía un presupuesto mensual de $200 para compras«. ¿Para qué? Para que sus seguidores no la vieran con un atuendo repetido.
También, solía gastar US$ 1.000 en productos de diseño y viajando a nuevos lugares, para tomar sus fotos. Asimismo, asegura que «gran parte de los viajes que hizo en 2016, fue estrictamente para Instagram«.
La joven ha hecho una reflexión interesante: «Nadie habla de sus finanzas» en las redes sociales. Le preocupa cómo esto puede estar influyendo en cientos de jóvenes como ella. «Tuve muchas oportunidades para ahorrar. Pude haber invertido ese dinero en algo».
Sin embargo, tras conseguir un empleo de relaciones públicas en la ciudad de Nueva York, Calveiro cambió sus hábitos. «Tenía que pagar el alquiler y la comida», dijo.
Black Mirror lo ha advertido
La popular serie de Netflix creada por Charlie Brooker, se ha hecho eco de este asunto con un capítulo llamado: Nosedive o Caída en Picada. El argumento se refiere a un mundo futurista en el que la influencia/poder se mide por el número de estrellas que tenga una persona en el entorno virtual.
En este sentido, la protagonista muy asidua de popularidad, se atreverá a hacer lo que sea para lograr su objetivo.
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