En principio, era un lugar de pescadores lleno de vida y también de futuro. Posteriormente fue abandonado. Pero el tiempo y la naturaleza lo transformaron de pueblo fantasma a maravilla natural. Este destino es Houtouwan en China, una muestra tangible de lo maravilloso que puede ser el planeta, de sus ganas de seguir demostrando belleza a pesar de la adversidad.
Ubicado en el este del país asiático, Houtouwan fue construido en la década de 1950 en la isla Shengshan. Se trata de un archipiélago de aproximadamente 400 islas ubicadas a unas 40 millas al este de Shanghai. La protagonista de este artículo, Houtouwan, es la única que se ha convertido de manera natural en una atracción turística.
Un pueblo de pescadores, un pueblo fantasma
En su mejor época, se estima que la isla tuvo unos 2000 habitantes. La decadencia llegó al mismo tiempo que se producía un crecimiento económico en la región. Es decir, mientras la demanda de peces era mayor y los barcos se hacían más grandes; los pequeños botes pesqueros de los locales dejaron de ser competitivos. Pero no solo eso, sino que además otras ciudades portuarias fueron creadas con mayor y mejor capacidad de producción.
Mientras eso sucedía, en Houtouwan las vías de comunicación eran escasas. Por ejemplo, cuando resultaba difícil navegar por el mar, la única manera de salir y/o entrar al pueblo era un sendero que subía por una colina. Imagínate qué pasaba si alguna persona enfermaba y debía ser trasladada a un hospital; o, por otro lado, lo difícil que se volvía realizar una rutina diaria, como llevar a los niños a la escuela o hacer alguna gestión fuera del pueblo. «Generaba demasiado esfuerzo», dijo un ex residente local le dijo al Daily Mail.
Se cree que todos los residentes del pueblo se mudaron a principio de la década de los 90. La migración a las grandes ciudades en busca de nuevas oportunidades, fue también un motivo. Sin embargo, hubo quien simplemente se mudó a una isla vecina con mejores canales de comunicación.
La naturaleza en Houtouwan, China
Durante los últimos 30 años, es decir, desde que la abandonaran por completo; la naturaleza decidió reclamar a Houtouwan. La vegetación ha cubierto las fachadas de las viviendas, para convertirlas en un espectáculo maravilloso.
Helechos y vides cubren los ladrillos, las ventanas y los techos de las casas que una vez protegieron a familias enteras. Desde hace poco, en 2015, el pueblo se convirtió en atractivo turístico. Incluso, las autoridades locales implementaron una tarifa de entrada de 50 yenes y dispusieron una estructura turística con guías y otros complementos.
Por cierto, las casas aún están amuebladas. ¿Te gustaría visitar Houtouwan?
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