Si necesitas un pretexto para darte una vuelta por Galicia, puedes aprovechar la fiesta de Santiago Apóstol y acercarte a Santiago de Compostela, ciudad que estos día se viste de gala.
El 25 de julio es el día de las fiestas del Apóstol Santiago, patrón de Galicia, pero también de España. Hay múltiples festejos de todo tipo: verbenas, danza, teatro, conciertos para todos los gustos, reunión de bandas de música de toda Galicia, fuegos artificiales y un sinfín de actividades entre las que destacamos el castillo de pirotecnia que imita la fachada gótica de la catedral de Santiago y el balanceo del botafumeiro en la misa solemne que tiene lugar el día 25, también en la catedral.
Para que todo transcurra con tranquilidad para los visitantes, se han extremado las medidas de seguridad y hay que tener en cuenta que a partir de estos momentos no se podrá acceder con mochilas y bolsos grandes a la Plaza del Obradoiro, donde se encuentra la catedral. Por ello, el paisaje de los peregrinos-mochileros desaparecerá durante tres días. Para facilitar el depósito de las mochilas y de los bolsos, el Concello ha habilitado una consigna en el pabellón deportivo Lorenzo de la Torre, situado en la Costa Nova de Abaixo, cerca del parking de Juan XXIII.
Las fiestas del Apóstol concluirán el día 31 de julio con una exhibición de fuegos artificiales.
Galicia tiene todos los encantos que uno espera cuando viaja, paisajes maravillosos tanto en el interior como en la costa, balnearios, lugares cargados de historia, una gastronomía para los paladares más exigentes y por supuesto cuenta con todos los servicios que permiten al turista, al peregrino, al viajero de cualquier entidad, disfrutar de su hospitalidad.
Curiosidades del Botafumeiro
El Botafumeiro es un enorme incensario que se utiliza desde la Edad Media. Su intención, en primera instancia, era purificar la catedral y ocultar el olor que traían los peregrinos después de innumerables jornadas de viaje.
Después de 800 años de existencia, hoy en día sigue teniendo un gran poder de admiración para todos los que acuden a la catedral: su envergadura, su movimiento pendular frente al altar mayor y su elevación hasta casi rozar la bóveda, causan siempre un impacto entre los presentes y más si a ello se le acompaña el sonido de los órganos barrocos, como ocurrirá hoy día 25 en la misa solemne en honor del patrón.
El Botafumeiro necesita de ocho personas para ponerlo en movimiento; los denominados “tiraboleiros” y alcanza en un minuto y medio una velocidad de 68 km por hora. Aparece en el Códice Calixtino, por lo que se supone que al menos data del siglo XII. A pesar de su peso y su recorrido por los aires, ha causado pocos accidentes.
En 1499, durante el día del Apóstol y mientras se honraba a la princesa Catalina de Aragón, el Botafumeiro salió volando y fue a parar contra la puerta de Platerías. En mayo de 1622 la cuerda se rompió y el Botafumeiro se cayó al suelo. Ya en el siglo XX, una persona que quiso ver su mecanismo, se acercó demasiado y el Botafumeiro le rompió las costillas y la nariz.
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