Érase una vez una princesa que en su juventud se tomó la píldora de la inmortalidad y voló hacia la luna. Allí vivió eternamente siendo propietaria del Alcázar de la Luna. En el lugar convivía con un conejo de color jade. Los asiáticos ofrecen plegarias a esta princesa convertida en diosa, para que les proporcione seguridad y fortuna. Las figuras de la Diosa Chang’e y del conejo son reproducidas en figuras que forman parte de los souvenirs más típicas de Asia.
Este es el argumento de un cuento mitológico muy popular en China y titulado «La Diosa Chang’e va hacia la Luna» y que parece haber sido el origen del Festival de la Luna.
También hay otra versión que relaciona esta fiesta con la época en la que se efectúa la recolección del maíz y su objetivo es dar las gracias a los dioses de la Tierra y celebrar el éxito de la cosecha.
El Festival de la Luna o Festival del Medio Otoño es una celebración anual que festejan chinos, coreanos, japoneses y vietnamitas. Es uno de los festivales más importantes para una gran parte de Asia que queda iluminada por miles de lamparillas, farolillos, velas o dragones de fuego, según el lugar donde se celebra, en la noche de luna llena. Esto se produce según los calendarios chino y vietnamita el día 15 del octavo mes, lo que se corresponde con la octava luna llena, que por otra parte se dice que es la más grande de los 355 días. En el calendario occidental no tiene fecha fija. Este año se celebra el día 4 de octubre.
La tradición dicta que se disfrute de la fiesta en compañía de familiares y amigos. Cada participante en la fiesta debe llevar un farolillo encendido que soltará al mismo tiempo que solicita un deseo. Hoy los cielos asiáticos se llenarán de estos farolillos que las personas hacen a mano (se tarda unos 20 minutos en fabricar con papel y alambres) y que tiñen de deseos. En los farolillos hay cuatro paredes en las que puedes plasmar tus deseos con pintura. Conviene fabricar el farolillo con alguien experimentado, ya que sí no, puede que no logre alzar el vuelo. Así vivimos nosotros la experiencia en el pueblo de Pingxi, en Taiwán.
El aspecto culinario también tiene su protagonismo a través de «los pasteles de la luna» elaborados con semillas de loto y rellenos de diferentes sabores. Como no podía ser de otra forma los pasteles tiene forma de luna y suelen estar decorados con caracteres chinos. En Japón y en Corea se suele comer un huevo frito por su semejanza con la luna llena.
La leyenda de los pasteles de luna
Hace años un pueblo se encontraba bajo el dominio de los Mongoles. En ese marco se iba a celebrar el Festival del Medio Otoño y para festejarlo, un comandante del ejército rebelde envió a la gente del pueblo unos Pasteles de Luna, pero los pasteles no contenían el tradicional relleno de coco o de yema de huevo, sino que en su lugar había unas notas secretas en las que se daban instrucciones a los habitantes del pueblo para que la noche del Festival se levantaran a medianoche y atacaran a sus captores y así ocurrió: los Mongoles sorprendidos fueron derrotados. De esta forma los populares pasteles sirvieron para la liberación de este pueblo.
Otros Festivales de la Luna
Esta fiesta se ha popularizado en muchos otros países. Sin embargo, la mayor parte de ellas no tienen demasiados puntos en común con la fiesta original. Sobre todo se basan en «malas copias» donde proliferan las drogas y el alcohol.
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