Se trata de un ladrillo de arcilla tallado con líneas uniformes en forma de cuadros. Data del Imperio Romano y se le conoce con varios nombres, entre ellos, el Juego del Molino. Los arqueólogos que descubrieron el juego de mesa medieval en Rusia creen que el patrón fue grabado en la arcilla antes de colocarlo en el horno.
El juego fue hallado en un castillo históricamente disputado entre Rusia y Finlandia. En la actualidad, y gracias a un botín de la Segunda Guerra Mundial, pertenece a la nación presidida por Vladimir Putin.
El hallazgo sucedió cuando los investigadores exploraron una cámara secreta de la fortaleza, llamada Vyborg Castle, y que data del siglo XIII. El pasadizo recién descubierto ha sido representado en visión 3D, para que todos podamos fascinarnos con su estructura.
¿Cómo funciona el juego medieval?
En principio, y gracias a la semejanza con el Juego del Molino; podría decirse que funciona como las damas y el ajedrez, es decir, que requiere de la intersección de cuadrados y piezas pequeñas, llamadas «hombres», que se dedican al combate, o al menos así lo ha informado el Moscow Times.
En líneas generales, el objetivo del juego, y que convertirá en ganador a uno de los jugadores, es hacerse con todas las piezas del otro. Estrategia al pie de la carta, ¿y cómo no? ¡Estamos hablando del siglo XIII! cuando las conquistas dominaban la política internacional, o, dicho de otra manera, el arte de la guerra.
Según Recoge Gizmodo, la versión estándar del juego requiere de nueve piezas en total. No obstante, existen otras versiones de tres, seis y doce piezas.
Un ladrillo como tabla de juego medieval
Vladimir Tsoi, el jefe del museo de Vyborg, le dijo al Times de Moscú que es «el hallazgo más intrigante» que han hecho desde que comenzaron a trabajar en esa área del castillo. El lugar, al parecer, está siendo una «mina de oro» para los arqueólogos.
A principios del mes de agosto encontraron en sus terrenos una docena de monedas. Son de cobre y datan del siglo XIX.
Por increíble que parezca, parece que el castillo había estado olvidado durante años, tanto por el estado como por los profesionales de la excavación histórica. Por ese motivo, los activistas tomaron la decisión de hacer algo por evitar que se convirtiera en ruinas e iniciaron una campaña internacional. ¿El resultado? Los países miembros del BRICS aprobaron invertir unos 25 millones de dólares estadounidenses para restaurar el castillo.
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