Un río, al que en egipcio antiguo llamaban Iteru, fue el origen de una de las primeras civilizaciones que más ha marcado la historia de la humanidad. El Nilo, a su paso por Egipto, nos deja estampas inolvidables cargadas de historia.
Mientras que en el resto del mundo aún vivían en cuevas, del río Nilo nacían la escritura, la economía, la agricultura, la vida sedentaria, la sociedad jerarquizada… Este río adoctrinó, de la mejor forma posible, a las poblaciones que encontraba a su paso y, actualmente, continúa dominando a todo un país, pero de una forma completamente distinta a como lo hacía siglos atrás.
El río más largo del mundo, después del Amazonas, nace en Burundi y, antes de terminar su recorrido en el mar Mediterráneo, pasa por Uganda, Sudán y Egipto. Cuenta con una longitud de más de 6.600 kilómetros, pero tan sólo es navegable un tramo. Desde que las primeras civilizaciones se instalaran en sus inmediaciones ha sido una fuente inagotable de recursos. Su majestuosidad encandila a quien se detiene ante sus aguas.
Los preciosos amaneceres y atardeceres que se observan en el Nilo, se convierten en infinitos, uniendo el día y la noche. La espectacular estampa del instante eterno en el que el sol se baña en el río, nos sumerge en la naturaleza, y por un momento podemos oír los sonidos del pasado. Sin embargo, tan sólo la imagen de los templos milenarios vencidos por el tiempo, que salpican ambos lados del grandioso río, son capaces de trasladarnos al mundo antiguo.
En la orilla occidental encontramos los templos dedicados a la muerte, mientras que en la oriental están los edificados para la vida. Todos ellos hablan en silencio por medio de sus piedras y si nos detenemos tan sólo un segundo a escucharlas, podemos revivir su historia. Edfú, Phílae, Kom Ombo, Luxor, Karnak o Abu Simbel son algunos de los templos más importantes que aún siguen contando su pasado.
Cientos de cruceros turísticos se hacen dueños de una parte del recorrido del Nilo a su paso por Egipto. Desde Asuán hasta Luxor, grandes barcos en forma de edificios flotantes comparten el río con pequeñas falúas. Turistas de todo el mundo y egipcios que tratan de hacer negocio conviven en las mismas aguas pero con medios muy diferentes.
El Nilo marcó el origen de la evolución de la humanidad y, a través de sus milenarios templos, hoy podemos revivir su historia.
Comparte esta historia
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva)
Subscríbete al Newsletter de LyxPlanet para recibir, semanalmente, los mejores reportajes que te darán a conocer los lugares inéditos de nuestro planeta.