Después del crudo invierno, los japoneses esperan con emoción el inicio de la primavera, marcado por el florecimiento de los cerezos. Los parques del país se tiñen de blancos y rosas ofreciendo espectaculares estampas que cada año atraen a turistas del resto de Asia y, cada vez más, del mundo entero.
El sakura, como es conocido este fenómeno en Japón, suele dar comienzo en Tokio a finales de marzo y se extiende durante unos diez días, aunque su aparición exacta siempre depende de las inclemencias del tiempo y su previsión puede comprobarse en páginas oficiales como ésta.
Los cerezos que antes florecen son los del sur del país, en lugares como Kagoshima u Osaka. A continuación, los secundan los repartidos por las zonas de Tokio, Sendai, Aomori y finalmente brotan los de la isla de Hokkaido, al norte, hasta con casi dos meses de diferencia.
Para disfrutar de los bonitos, pero efímeros paisajes protagonizados por las flores de decenas de cerezos, los japoneses celebran el hanami, que viene a traducirse literalmente como “mirar las flores”. Y es que no hay lugar del mundo en el que la belleza se admire con tanta delicadeza y entusiasmo como se hace aquí.
Esta longeva tradición tuvo su origen en el periodo Nara, entre los años 710 y 784, imitando de la cultura china el placer por la apreciación de las flores; aunque en sus inicios la flor del ciruelo fuera la predilecta. Anteriormente, el sakura había estado más ligado a un carácter religioso, creyendo que el momento de la floración era aquel marcado por los dioses para conseguir buenas cosechas.
Dónde celebrar el hanami
El hanami se festeja con largos y apetitosos picnics con amigos o familiares bajo los cerezos de los parques japoneses. Un evento que suele verse amenizado con música.
En la región de Nara, los más de 30.000 cerezos del monte Yoshino constituyen uno de los paisajes más bonitos del país por estas fechas. Otras bonitas imágenes que nos deja el sakura en Japón las encontramos en el parque del castillo de Hirosaki en Aomori o en el del castillo de Takato en Nagano. En Osaka son famosos los hanamis del jardín del Castillo, del parque Kema Sakuranomiya y del templo Shi-Tennoji.
Pero la mejor forma de vivir el hanami será en Tokio, donde los parques Sumida, Ueno, Asukayama o Rikugien se llenan de fiesta. También son imprescindibles los del parque Nakameguro, a orillas del río Meguro o el celebrado en el antiguo jardín de la familia imperial Shinjuku Gyoen.
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