Para nadie es un secreto que una toalla sobre la arena recolecta mucha de ésta, y cuando el turismo es masivo, puede convertirse en un gran problema. La Pelosa, que está ubicada en la localidad Stinto (Cerdeña) y es una de las playas más hermosas de Italia, quiere prohibir las toallas para salvar su arena.
El turismo masivo representa una amenaza real para la arena de este destino europeo. Y es que, vamos a pensarlo un momento. Usualmente somos nosotros, «los usuarios» de las playas, quienes «robamos la arena» sin querer: la llevamos pegada por el cuerpo, en la toalla, etc. Pero pocos hemos pensado en las consecuencias que eso podría traerle a la playa como tal.
La pérdida de la arena está siendo afrontada como un problema serio por el gobierno de la localidad. El alcalde, Antonio Diana, manifestó que está estudiando la posibilidad de prohibir el uso de las toallas en la paradisíaca playa.
La idea es que, los visitantes se vayan de la playa tal y como llegaron: sin arena. El alcalde Diana tiene una respuesta para ti, «la gente puede decir lo que quiera, pero lo importante es salvar La Pelosa». Además ha agregado que «todo el plan está basado en estudios científicos», y ha insistido en que las toallas húmedas son «uno de los mayores peligros».
Problema y solución
Durante la temporada de verano, entre julio y agosto, esta playa mediterránea recibe una gran afluencia de personas al día. Lo que es igual a muchas toallas (húmedas y no), bolsos, sandalias, juguetes, entre otros. Pero para el verano 2018, ya se han tomando medidas. Sillas plegables en alquiler y la concienciación del uso de las toallas.
Además, están planteados otros cambios para La Pelosa. La carretera que conduce a la playa será reemplazada por un sendero para peatones y sederos para el uso de bicicletas, entre otros vehículos similares. Esto, aunado a la construcción de una pasarela sobre la arena y la disposición de guardias de seguridad. Todo, para tratar de conservar la playa para las futuras generaciones.
Estas medidas no son únicas en el mundo. En un intento por mitigar las consecuencias del turismo masivo en la naturaleza. Tailandia prohibió fumar en sus playas, tras encontrar cientos de colillas de cigarro en la hermosa provincia de Phuket.
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