De nuevo, las mascotas de apoyo emocional vuelven a dar que hablar en Estados Unidos. En este caso el protagonista de esta historia es un hámster que tuvo un triste final: su dueña lo tiró por el inodoro del cuarto de baño de un aeropuerto después de que la aerolínea le informara de que no podría volar con el animal.
Los hechos sucedieron el paso mes de noviembre, cuando Belén Aldecosea, una joven de 21 años, se dirigía a una cita médica en Florida. La aerolínea con la que se desplazaba, Spirit Airlines, advirtió a la pasajera de que no podría embarcar en el avión con el hámster aunque llevara un certificado de apoyo emocional. Según Aldecosea, uno de los empleados le sugirió «que se deshiciera del hámster tirándolo por el retrete«.
Las leyes estadounidenses permiten a los pasajeros ser acompañados de mascotas de soporte en el caso de que tengan alguna dolencia física o psíquica que les impidan llevar una vida normal.Aldecosea fue diagnosticada con un tumor benigno hace un año y poco después, su hámster Pebbles, entraba en su vida.
A pesar de las leyes, cada aerolínea tiene libertad para elegir qué animales no pueden volar en cabina para salvaguardar la seguridad de los pasajeros. El hámster no fue bien recibido en el aeropuerto, a pesar de que la joven presentara su certificado médico y de que, anteriormente, la aerolínea le hubiese asegurado que no encontraría problemas para volar con su mascota.
Un portavoz de Spirit Airlines ha confirmado el «error de la aerolínea a la hora de informar a la pasajera de que podría volar con su hámster». Sin embargo, desde Spirit Airlines aseguran que «ningún empleado sugirió que se deshiciera de la mascota de tal modo».
La pasajera, al verse sometida a «una situación angustiosa», según informa El País, decidió arrojar al hámster por el inodoro de uno de los baños del aeropuerto. La joven asegura que no tuvo otra opción, ya que debía llegar a su cita médica.
Ahora, la joven se está planteando interponer una demanda contra la aerolínea por los daños sufridos.
Esta noticia sale a la luz pública después de que hace unos días, otro pasajero intentara embarcar un vuelo con un pavo certificado como mascota de apoyo emocional.
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