Las líneas aéreas están en entredicho por las actuaciones de su personal. Forcejeos con los viajeros y un trato al cliente inadecuado son la mayor parte de las quejas por parte de los usuarios. En el caso que nos ocupa, la protagonista de esta rocambolesca historia es una compañía de bajo coste japonesa llamada Vanilla Air y el suceso que provocó se puede calificar sin exageraciones de “absolutamente deleznable”.
Los hechos ocurrieron en el aeropuerto de la isla de Amami-Oshima. Según el diario Asahi, Hideto Kijima, director de Japan Accesible Tourism Center, necesita para desplazarse una silla de ruedas. Con su silla y tres compañeros de trabajo pretendía acceder al avión cuando los empleados de la compañía aérea le informaron de que carecían del equipo necesario para ayudar a personas con movilidad reducida. Además, le advirtieron de que sus servicios no incluyen habilitar una rampa para acceder con la silla de ruedas, ni tampoco está permitido subirle y bajarle en brazos. Finalmente, tras un diálogo sin resolución, Kijima se vio obligado a arrastrarse por 17 escaleras para subir al avión.
La compañía que opera siete vuelos nacionales y siete vuelos al extranjero, prohíbe el transporte de pasajeros en sillas de ruedas o en brazos por las rampas de acceso a los aviones.
Ya parece que pasó a la historia la exquisita amabilidad y educación con que los viajeros eran obsequiados desde que llegaban al aeropuerto. Pero en este caso el trato está repleto de marginación y con una falta de humanidad extrema.
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