Venecia ha tomado una medida drástica para poner fin a la comida rápida. La ciudad quiere preservar su encanto histórico y por eso, en una votación histórica celebrada el pasado jueves, se decidió prohibir la apertura de nuevos restaurantes de comida rápida y tiendas de kebabs. En la actualidad resulta sencillo toparse con lugares de kebabs en todos los rincones de la ciudad de los canales, algo que va en contra de la nueva mentalidad generalizada de sus habitantes. El objetivo de Venecia, a partir de ahora, será promocionar los productos y la gastronomía local.
De momento, este tipo de restaurantes ya establecidos tendrán derecho a seguir operando siempre y cuando sigan las directrices impuestas. En pleno centro de la ciudad, la Plaza de San Marco, seguirá estando prohibido llevarse comida y alimentar a las palomas. Las pizzerías tendrán que limitarse ahora a vender por porciones y solo las heladerías artesanales se salvarán de las nuevas medidas promovidas por el alcalde actual, Luigi Brugnaro.
Venecia sigue así los pasos de otras ciudades italianas visitadas por miles de turistas todos los días. Florencia ha luchado contra la proliferación de McDonald’s en el centro de la ciudad y Verona aprobó una ley el año pasado para controlar el crecimiento imparables de los restaurantes de kebab.
La ciudad sin coches se ha comprometido a construir picnics localizados en sitios no turísticos para que los visitantes puedan comer al aire libre y sin que afecten a «la Venecia tradicional».
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