Ocurría por primera vez en 12.000 años y se trató de un drenaje hecho por ingenieros para hacer un estudio geológico. Así fue cómo en 1969 las Cataratas del Niágara se secaron. Por si fuera poco, se encontraron dos cadáveres en su misterioso fondo.
Las Cataratas del Niágara, ubicadas al noreste de América del Norte en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, están compuestas por tres cataratas. La primera de ellas es la catarata canadiense, llamada Ontario. A continuación están la «catarata Velo de Novia», y la catarata estadounidense, llamada Nueva York. Esta última, que fue la que dejaron sin corriente de agua.
Cuando las Cataratas del Niágara se secaron
Durante seis meses, el torrente de agua que usualmente cae desde la catarata estadounidense se redujo a poco más que un chorrito. El motivo fue para estudiar la pared rocosa en su base. En aquél entonces los expertos estaban preocupados por varios deslizamientos de rocas naturales, que se habían dado a lo largo de los años (creían que se estaba desestabilizando por la erosión y el tiempo). Entonces, una comisión de expertos estadounidenses y canadienses decidieron vaciarla.
Durante tres días de junio de 1969, más de mil camiones descargaron unas 28.000 toneladas de relleno rocoso río arriba de las cataratas. Todo, para desviar el flujo y secar el área de estudio. Una vez hecho esto, la investigación comenzó.
Trabajos de ingeniería, turistas curiosos y dos cadáveres
Para resumir el histórico proceso de vaciar el agua de las Cataratas del Niágara, es posible hablar de tres hechos. El primero de ellos fueron los dos cadáveres que se encontraron. Según afirman diferentes medios, no fue poco común que estuvieran allí, pero sí que fue extraño la cantidad. En un lugar habitualmente utilizado para cometer suicidios o, en otro caso, con un alto índice de accidentes, encontrar solo dos cuerpos resultó poco.
Asimismo, mientras los ingenieros trabajaban en las perforaciones y arreglos de la presión en las rocas; los turistas paseaban alegremente por la extensión seca. Recogían monedas arrojadas al agua décadas atrás, pisaban un suelo que probablemente no volverían a pisar, y, de alguna manera, hacían historia.
Para solucionar los problemas geológicos, se plantaron equipos que ayudarían a vigilar los movimientos de rocas. Por otro lado, se instalaron pernos de acero y cables para estabilizar las rocas en la Isla Luna y Bridal.
Cuando finalmente todo estuvo arreglado, en noviembre de 1969, la ataguía se retiró. Entonces las aguas volvieron a correr libremente por las cataratas estadounideses.
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